La caída estacional del cabello, aquella que se produce de forma natural con la llegada del otoño, es un proceso fisiológico del organismo que cualquier persona debe conocer. Es importante saber que, a partir de ese proceso, todos los días se experimenta la caída de unos 150 cabellos.

No obstante, es posible que ese número aumente, lo que derivaría en un fenómeno conocido como efluvio telógeno. Por ello, es hora de conocer, de la mano de la dermatóloga Sara Gómez Armayonesespecialista en Dermatología Médico-Quirúrgica y Venerología del Hospital Clínic de Barcelona, la manera de identificar esta afección y las formas de tratarla.

La caída estacional, ¿por qué se produce?

Lo primero y principal es ser conscientes de que el final del verano, con la consecuente llegada del otoño, es una época propicia para la caída de un mayor volumen de cabello. Tal y como explicamos en anteriores posts en el blog de DosFarma, es importante conocer que el ciclo de vida del cabello se divide en tres fases:

  • Anágena, o de crecimiento del cabello.
  • Catágena, o parada de ese crecimiento.
  • Telógena, o conclusión del ciclo con la caída.

Precisamente, el cabello se encuentra al final del verano en su fase telógena, aquella cercana a la conclusión del ciclo. Por ello, la densidad capilar debería estar en su nivel máximo o cerca de él. Resulta obvio pensar que, cuantos más cabellos tengamos, más caerán posteriormente.

¿Qué tener en cuenta durante este ciclo?

Cuando el número de cabellos que se pierden sobrepasa ese número, nos encontramos ante un posible efluvio por interrupción brusca de una determinada fase del crecimiento del cabello: telógena o anágena.

Este proceso puede darse de forma aguda, como sucede en casos de posparto o tras superar la infección causada por el covid; o bien de forma crónica, como es el caso de aquellos que sufren estrés.

Es importante saber, tal y como afirma Gómez Armayones, que «el efluvio telógeno corresponde a una caída brusca del cabello tras 3 o 4 meses de un desencadenante», si bien «suele recuperarse progresivamente sin tratamiento específico«. Del mismo modo, en el caso de una caída estacional común, debe comprobarse que este proceso no se alarga en el tiempo, con el fin de «descartar causas irreversibles y progresivas de alopecia, además de alteraciones tiroideas, deficiencia de hierro…», expone la dermatóloga.

¿Cómo evitar esta caída del cabello?

Ante cualquier causa de caída del cabello, es indispensable la valoración por parte del dermatólogo. Partiendo de esa base, la dermatóloga Sara Gómez considera también fundamental «la exploración del cabello y del cuero cabelludo mediante valoración directa y con tricoscopia, técnicas básicas para poder ofrecer un diagnóstico adecuado. Además, deberían realizarse «una biopsia u otras pruebas complementarias como analíticas o cultivos«. Estas opciones pueden ser imprescindibles para llegar al diagnóstico de la alopecia y evitar su progresión, y en muchos casos, las secuelas a largo plazo.

Es entonces cuando el diagnóstico permite instaurar un tratamiento médico y cosmético, en los casos que sea necesario. Gómez Armayones recuerda que algunos «tratamientos médicos tópicos empeoran la calidad del cabello», así como pueden provocar «irritación en el cuero cabelludo». Es por ello que el uso de champús y lociones específicas puede ser de ayuda. En el caso de alopecias por déficits nutricionales, puede ser adecuada la suplementación oral. En el caso de caídas severas y no estacionales, pues ser adecuada la aplicación de medicamentos con minoxidil.

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