Cuando desde la juventud o la edad adulta pensamos en envejecer, nos es francamente difícil discernir la línea que divide a un adulto mayor, de la tercera edad, con la imagen de un anciano con algún grado de dependencia por enfermedad u otros “achaques” de la edad. Lo cierto es que, en ambos casos estamos hablando de una persona que ha trabajado toda su vida y tras la jubilación no tiene porqué pasar a un estado de incapacidad como los niños. Por ello, el buen trato a nuestros mayores es imprescindible.
Decir que hay que tratarlos bien es cosa fácil pero… ¿Sabemos realmente cómo? Es fácil, solo hay que hablarles de igual a igual y dejar a un lado la brecha generacional con unas sencillas normas de cortesía y entablando una relación de cuidado, mimo, para estrechar lazos de amistad. Esto último lo podemos aprender como adultos observando a unos nietos relacionándose con sus abuelos, ¿acaso no hay décadas entre unos y otros? Sí, pero no existen prejuicios y ahí es donde nace una relación afectiva con cualquier persona.
¿Cómo tratar a las personas mayores?
La predisposición a ser cuidadosos al dirigirnos a una persona mayor ayuda a crear una relación de confianza, pero la cortesía es la clave para mantener una conversación sin crear situaciones de conflicto evitando abordar posibles temas sensibles. Ahora bien, hasta aquí venimos hablando del trato de tú a tú con una persona mayor pero cosa bien distinta es la responsabilidad del conjunto de la sociedad para con nuestros mayores. Aquí os dejamos diez premisas a modo de guía para el trato de los mayores:
- Respeto a los derechos y deberes de las personas mayores.
- Garantizar la autonomía para la toma de decisiones del adulto mayor.
- Velar por el bienestar y calidad de vida.
- No aislar a nuestros mayores de sus círculos: familia, amigos, vecinos, etc.
- Solidaridad entre una y otra generación, los mayores tienen mucho que enseñar a los más jóvenes y esto es positivo para construir una sociedad que sea de todos.
- Escucha empática, no discriminar por los estereotipos de la edad.
- Formar en nuevas tecnologías y fomentar el aprendizaje.
- Imagen positivas en los medios de comunicación.
- Envejecimiento activo, esto es, dejar que los mayores continúen haciendo sus tareas cotidianas.
- Valorar lo que nos transmiten.
¿Cómo quieren ser cuidadas las personas mayores?
Lo que personas ancianas demandan es más sencillo de lo que parece. El adulto mayor quiere ser valorado sin caer en los prejuicios de la edad, ya que no todos los mayores son dependientes y aún con cierto grado de dependencia, siguen teniendo derecho a tomar sus propias decisiones. Evitar caer en los prejuicios, cuidando a nuestros mayores sin minusvalorar sus capacidades cognitivas, es la base para un trato digno. De este modo, la mejor forma de cuidar a nuestros mayores es respetar su identidad personal aprendiendo del testigo de su memoria, pues es nuestro mejor legado.