Los inicios nunca son fáciles, y pasar de una vida de excesos e inactividad a un estilo de vida saludable, puede ser tan complicado como doloroso. Mucho más de lo que se cree. Variar hacia una rutina saludable implica demostrar una gran fortaleza mental y estar dispuesto a hacer sacrificios y esfuerzos por mantenerla. Esto es debido a que el cuerpo se acostumbra fácilmente a una rutina, y, posteriormente, le cuesta especialmente ir cambiándola.
Para ello, el entrenador personal Nacho Ortuño plantea diversos aspectos y cambios a tener en cuenta para cambiar, y sobre todo mantener, hábitos diarios saludables.
¿Cómo cambiar los hábitos diarios?
El primer aspecto a tener en cuenta antes de empezar ese cambio pasa por establecer unos objetivos. Es fundamental diseñar un plan a seguir, así como plantear unos resultados a obtener y lograr a corto, medio y largo plazo. Esto es básico para poner el foco sobre unas metas y valorar el progreso realizado. Decidir hacer un cambio sin una planificación previa acabará, en la mayoría de los casos, en fracaso y abandono del cambio de rutina.
Cambiar a una rutina saludable supone mucho más que variar la alimentación, empezar a ser más dinámico o realizar ejercicio. Querer un cambio implica tener en cuenta las capacidades que se poseen para cumplirlo. Para ello, se tendrá en cuenta:
- Valoración de la rutina diaria, así como de las condiciones físicas y psicológicas.
- Analizar oportunidades y valorar el tiempo disponible para afrontar ese cambio.
- No frustrarse, ya que en el inicio puede resultar complicado y estresante.
Por lo que el uso de complementos alimenticios podría ayudarte a controlar los descontroles por la adaptación al cambio.
Cómo mantener una rutina saludable
El cambio de estilo de vida debe ser lo más duradero y exitoso posible. Pero, como puede ser especialmente duro, es importante dar a conocer un decálogo de consejos a seguir para que esta nueva rutina saludable no sea tan difícil de asumir.
- Establece objetivos a corto, medio y largo plazo.
- Pide consejo a personas cercanas que hayan experimentado cambios de este tipo.
- Obtén y maneja información de calidad sobre cada apartado específico a variar.
- Cuenta con los profesionales de cada sector: nutrición, entrenamiento y, por qué no, un psicólogo.
- Ser paciente, ya que los resultados no son inmediatos, y estar dispuesto a no rendirse en los momentos complicados.
- Compañeros de calidad que ayuden a mantener estos hábitos, así como a ‘tirar’ de ti cuando las fuerzas flaqueen.
- Permitirse algún capricho de vez en cuando a nivel alimenticio. Esta falta de flexibilidad provocará un estímulo negativo.
- Decir ‘no’ a ciertas tentaciones: excesos o sustancias nocivas para la salud.
- Adapta los entrenamientos a la disponibilidad horaria que se posee y, sobre todo, a aquella en la que puede obtenerse un mejor rendimiento.
- Realiza una rutina progresiva para mejorar el proceso de adaptación.
Mantener en esta nueva rutina saludable estos consejos, o algunos más específicos en función de los gustos, ayudarán a que estos objetivos se vayan cumpliendo poco a poco.
Efectos de una rutina saludable en tu día a día
Aunque resulte difícil de creer, cambiar de hábitos y empezar una nueva rutina saludable, así como adoptar un estilo de vida recomendable, implica cambios y efectos que se notan desde el primer día. En algunas personas se despierta una sensación de entusiasmo y proactividad desde el inicio, y a medida que pasa el tiempo, ésta va incrementándose.
De hecho, uno de los principales efectos del cambio a una rutina saludable se da en la mentalidad y la energía que la persona desprende. Hablamos de buenas sensaciones, ya que el cuerpo se siente enérgico, en buen estado, y así lo exterioriza.
Si eres de los que se decide a cambiar, también notarás un cambio implícito a mejor en el rendimiento diario. Aunque al principio puede costar acostumbrarse, el cuerpo poco a poco coge fuerzas e impulso para adaptarse a nuevas necesidades, permitiéndote mantenerte activo durante más tiempo.
Siempre es importante hacer hincapié en un concepto básico, que no es otro que el de hacer lo mínimo que se pueda mantener. De nada servirá realizar cambios con mucha fuerza si luego esos hábitos no se mantienen en el tiempo. La constancia es la clave en el proceso de cambio hacia una rutina saludable.
Además, este cambio puede afectar a las personas del entorno más cercano, y efectuarse un enriquecimiento recíproco. Por ello, mantener esa actitud positiva y no desistir en los objetivos y metas impregnará sentimientos de entusiasmo y esfuerzo, sirviendo como inspiración para otros. Incluso podrían llegar a pedir consejos. El primer paso es atreverse y no dudar.