Medicamentos para dejar de fumar

Fumar es una adicción, una conducta aprendida, una dependencia creada y un hábito inadecuado para mantener una vida saludable. El consumo de cigarrillos es uno de los principales problemas de salud pública en los países occidentales desarrollados, siendo además la mayor causa prevenible de enfermedad y muerte. Los costes humanos, sanitarios, sociales y económicos del consumo de tabaco y de la exposición al humo son conocidos por todas las personas de la población. Sin embargo, este ritual se sigue aceptando socialmente.

La nicotina presente en el tabaco es una sustancia química potente que produce placer, aumenta la atención, disminuye el hambre, mejora el estado de ánimo y calma los síntomas de abstinencia de aquellas personas que ya son adictas a esta sustancia. La nicotina, en general, estimula el cuerpo, causando un aumento de la presión arterial, la respiración y la frecuencia cardiaca. Los síntomas de abstinencia de esta sustancia solo se calman cuando se administra de nuevo una dosis de la misma. La nicotina tarda siete segundos en unirse a los distintos procesos cerebrales, por lo que un fumador promedio que repite este proceso varias veces al día, acaba convirtiéndose en un adicto. Existen diferentes tratamientos para dejar de fumar, que incluyen desde asistencia farmacológica hasta asistencia psicológica.

El tabaquismo es la adicción que se desarrolla al tabaco, provocada principalmente por este componente activo, la nicotina. El cigarrillo es un sistema de alta ingeniería con un diseño sumamente eficiente para suministrar droga al cuerpo. El tabaquismo puede causar graves enfermedades diferentes y, en gran medida, esto se debe a la gran cantidad de sustancias químicas que el cigarrillo contiene en su composición. Tanto las personas que fuman de forma habitual, como los fumadores esporádicos o los que solamente inhalan el humo de alrededor, pueden sufrir una enfermedad relacionada con este hábito, ya que las sustancias tóxicas del humo del cigarrillo son responsables de causar cáncer en diversos órganos, enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

No sólo el cigarrillo tradicional industrializado es dañino para la salud; las versiones más afines como el tabaco de pipa, los vapeadores o el tabaco de mascar también lo son. Entre las enfermedades más habituales que derivan del tabaquismo destacan: el enfisema pulmonar y la bronquitis; el infarto, la trombosis y las aneurismas; la impotencia sexual; las enfermedades reumáticas; úlceras gástricas; problemas visuales; cáncer de vejiga y cáncer de pulmón, entre casi otros 20 tipos de cáncer distintos. Las personas adictas suelen recurrir a diferentes tratamientos para dejar de fumar. La prevención y el control de la epidemia del tabaquismo comienzan con la concienciación y el compromiso social de todos, para lograr alcanzar una mejor salud.

La adicción es una enfermedad por lo que, para superarla, deben establecerse unas estrategias de control y prevención, que abarcan principalmente dos aspectos: un abordaje social -disminuyendo la presión social para fumar-, y otro de apoyo, para dejar los hábitos del consumo de tabaco. El primero depende de la actividad diaria de la persona adicta, que debe mantenerse alejada de espacios con humo, y controlar la promoción de la conducta de fumar. En cuanto al segundo aspecto, para conseguir que las personas logren de forma efectiva dejar de fumar, estas suelen necesitar apoyo terapéutico con intervenciones farmacológicas, que ayudan a controlar la adicción y evitar posibles recaídas.

Son varios los medicamentos que existen para dejar de fumar, de marcas de farmacia como Nicorette, Nicotinell o Niquitin. Todos ellos contienen una dosis medida de nicotina, pensada para ejercer como terapia sustitutiva y de transición, y para prevenir un síndrome alto de abstinencia (con irritabilidad o ansiedad), o recaídas. Están indicados para mayores de 18 años.

• Pastillas para dejar de fumar

  Encontrarás comprimidos para chupar con una dosis medida de nicotina, la cual se libera de forma lenta y se absorbe mediante la mucosa de la boca. La dosis recomendada es de 1 comprimido cada vez que sientas el deseo de fumar.

• Chicles para dejar de fumar

  Es otro modo de llevar a cabo la terapia de sustitución. En este caso son chicles medicamentosos con nicotina, para consumir como cualquier otro chicle normal. Con ellos, y con tu fuerza de voluntad, podrás vencer al deseo de fumar. Si este deseo va a más o no se ve reducido tras 6 meses consumiendo estos chicles, deberás consultar con tu médico.

• Sprays para dejar de fumar

  Son sprays para pulverizar, cuando sientas las ganas de fumar. El tratamiento consiste en una dosis indicada para las semanas 1-6, otra para las semanas 7-9, y otra para las 10-12. Lo recomendable es usar el spray entre 3 y 6 meses.

• Parches para dejar de fumar

  Los parches deben ser colocados sobre la piel al despertar, y durante 16 horas. Debes de prestar atención para que el reverso impregnado de medicamento sea el que entre en contacto con la dermis. El tratamiento consiste en una fase inicial, fase de seguimiento y fase de retirada.

Las principales ventajas del uso de medicamentos para dejar de fumar, son las siguientes:

• Un tratamiento eficaz, seguro y de alta tolerancia, a diferencia de otros tratamientos no sometidos a controles médicos y de eficacia no demostrada. 
• Disminución del deseo de fumar y de los síntomas de la abstinencia. 
• Distintos formatos, para que te decantes por el que más se adapte a tus preferencias personales. 

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